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Soluciones basadas en la Naturaleza, ¿por qué son necesarias?

¿Qué son las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN)?

El concepto de Soluciones basada en la Naturaleza, o SbN, comenzó a usarse en organismos internacionales en la primera década de este siglo, por lo que todavía es bastante nuevo y no del todo claro para gran parte de la ciudadanía.

Se refiere, no obstante, a acciones relacionadas directamente con los ecosistemas, es decir, con la naturaleza que nos rodea, y cuyo impacto positivo repercute en la vida cotidiana de las personas.

A grandes rasgos, las SbN son acciones relacionadas con la gestión y el uso sostenible de las características y procesos naturales, particularmente destinadas a que los ecosistemas funcionen de forma sana, de tal manera que puedan entregar los “servicios” que de forma natural proveen al planeta; servicios de provisión, regulación, de equilibrio ecológico e incluso culturales. En otras palabras, se trata de aprovechar la enorme capacidad de los ciclos naturales en beneficio de todas las formas de vida, amenazadas actualmente por la Crisis Climática y limitando las consecuencias negativas de las intervenciones del ser humano sobre el medio ambiente. 

Una de las organizaciones que ha relevado este concepto es la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que define las SbN del siguiente modo: “Todas aquellas intervenciones destinadas a proteger, restaurar y gestionar de manera sostenible los ecosistemas, como una forma de abordar los desafíos de la sociedad de manera efectiva y adaptativa, proporcionando simultáneamente bienestar humano y beneficios para la biodiversidad” (UICN, 2016). 

¿Por qué son tan necesarias las SbN?

La definición de la UICN habla de “abordar los desafíos de la sociedad de manera efectiva y adaptativa”. Dichos desafíos son múltiples y urgentes, y entre ellos podemos destacar alcanzar la seguridad hídrica, es decir, garantizar la disponibilidad de agua que se requiere para el bienestar humano, para el desarrollo socioeconómico y para asegurar la mantención de los ecosistemas hídricos. Asimismo, seguridad hídrica en relación con prevenir o reducir los efectos de los fenómenos hidrometeorológicos extremos, como inundaciones por lluvias, aluviones, marejadas, etc. 

Según datos de Naciones Unidas, a nivel mundial 2.200 millones de personas (más de un cuarto de la población) carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura (OMS/UNICEF, 2019), 2.000 millones de personas viven en países que sufren escasez de agua -entre ellos Chile- (UN 2019), y el 90% de los desastres naturales están relacionados con el agua (UNISDR).

Se trata de situaciones derivadas en su mayor parte del modelo económico implementado a nivel mundial a fines del siglo 18, que se sostiene en la explotación excesiva de los recursos naturales y en el uso de combustibles fósiles, en gran medida responsables de las modificaciones en el clima.

Ese modelo de desarrollo ha estado desconectado de los ciclos de la naturaleza y ha degradado seriamente la capacidad de los ecosistemas. Ese daño ha repercutido fuertemente en el funcionamiento del del ciclo natural, y particularmente del agua, lo que afecta directamente la disponibilidad de agua para todos los usos y aumenta el riesgo hídrico, es decir, la probabilidad de inundaciones, aluviones y otros desastres.

En ese contexto, es urgente proteger los ecosistemas, restaurar los que están dañados y gestionarlos de forma sustentable para que no se sigan degradando.

Por esa razón son relevantes las SbN, porque apuntan a solucionar esos problemas mediante intervenciones integrales en armonía con la naturaleza, para recuperar sus ciclos y volver a contar con los servicios esenciales que proveen los ecosistemas sanos. En este sentido, las Soluciones basadas en la Naturaleza se condicen con un cambio hacia un modelo de desarrollo sustentable. 

Ejemplos de SbN

Existen innumerables Soluciones basadas en la Naturaleza. Entre las más conocidas podemos destacar cuatro grupos:  

Restauración de ecosistemas hídricos: Recuperación y conservación de humedales naturales (ríos, estuarios, bofedales, turberas, etc.), reforestación y forestación de cuencas, restauración de riberas de ríos, recarga natural de acuíferos, protección estratégica de ecosistemas, eliminación de especies invasoras, reconexión de ríos y llanuras de infiltración, zanjas de infiltración.

Soluciones ancestrales: Sistema tradicional para recarga superficial de acuíferos (amunas), sistema tradicional de captación y almacenamiento de aguas lluvias (Cochas, Tipishcas/Jagüeyes), bordos superficiales para disminuir escorrentía (Jollas).

Economía Circular: agroforestería, permacultura, prácticas agrícolas y forestales sostenibles; prácticas de ganadería y pastoreo apropiadas.

Ciudades verdes y resilientes: Pavimentos permeables, plazas de agua para recolección de aguas lluvia, jardines de lluvia para recolección de agua de escorrentía, edificios y techos verdes, humedales artificiales, forestación de parques con especies nativas, agricultura vertical.

Estas últimas, las SbN implementadas en contextos urbanos, son cada vez más usadas a nivel mundial pues se integran a la infraestructura y a la vida diaria de las personas, haciendo las ciudades más amigables y más habitables.   

Las ciudades verdes y resilientes tienen beneficios directos y fáciles de medir, como la absorción de carbono, recuperación de espacios públicos, recarga de napas subterráneas, entre otros; pero además entregan aportes indirectos, como mejoras en la salud física y mental de las personas, así como contribuir a la convivencia social, por ejemplo.

Múltiples beneficios

Las soluciones basadas en la naturaleza parten de la noción de que cuando los ecosistemas son saludables y están bien administrados brindan beneficios y servicios esenciales a las personas, como reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, reducir la temperatura, mejorar la condición de suelos, mejorar la calidad del aire, aumentar la humedad de los suelos, entre otros, lo que proporciona un mejor estado de los recursos naturales, dando mayor seguridad hídrica y alimentaria. 

En relación con los recursos hídricos, la restauración de ecosistemas regula el ciclo del agua, por lo que mejora la cantidad y calidad del agua disponible en las fuentes, y reduce el riesgo de fenómenos hidrometeorológicos extremos.  

En este y otros ámbitos, podemos destacar algunos de los múltiples beneficios que otorgan las SbN:  

  • Mitigan el cambio climático porque capturan CO2,
  • Reducen la temperatura ambiente y purifican el aire,
  • Proveen infraestructura natural de almacenamiento y conducción de agua,
  • Aumentan la disponibilidad de agua para todos los usos,
  • Depuran el agua mejorando su calidad,
  • Dan resiliencia frente a desastres del cambio climático,
  • Conservan la biodiversidad y los hábitats.
  • Protegen las costas.
  • Dan resiliencia frente a desastres del CC, al mitigar inundaciones, reducir la erosión y remoción en masa de sedimentos.

Son soluciones costo-eficientes

Otro factor relevante de las SbN es que son una opción costo-efectiva y sostenible para hacer frente a la crisis Climática. Así lo ha determinado la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y otros organismos mundiales.

Un ejemplo de lo anterior es la siguiente comparación (Barclays, 2021): el costo de conservación de las fuentes naturales de agua es 18 veces menor que el costo de reemplazarlas de forma artificial.

Asimismo, se ha establecido que el manejo sustentable y la restauración de ecosistemas puede contribuir con un 33% de las estrategias de mitigación y adaptación al Cambio Climático de manera más costo- eficiente, dado que sus beneficios son 10 veces más altos que sus costos de implementación (IPBES, 2019).  

En este sentido, un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 2019) indicó que un beneficio clave de las Soluciones basadas en la Naturaleza es su valor económico, debido a que tienen una mayor resiliencia al cambio climático que los enfoques puramente grises (infraestructura tradicional).  

Algunos de los factores que destaca el BID son:

  • reducción en la inversión de capital inicial,
  • disminución de los costos de operación y mantenimiento durante el ciclo de vida del proyecto,
  • se evitan pérdidas debido a los beneficios de la resiliencia,
  • y una amplia gama de beneficios anexos, incluida la conservación de la biodiversidad, la mejora en los medios de vida o los ingresos del turismo, muchos de los cuales pueden valorizarse y monetizarse.    

Ejemplos de SbN en el mundo

Cada vez más países incorporan en sus políticas públicas y privadas las SbN como una forma costo-eficiente para avanzar en un desarrollo económico y social que sea sostenible y competitivo.  

A continuación, presentamos algunos casos, nacionales e internacionales, de aplicación de SbN. 

-Restauración de humedales en comunidades indígenas altoandinas de la Región de Tarapacá

La solución aplicada fue la “Restauración y manejo de vegas/bofedales en quebradas mediante técnicas tradicionales”, las que han sido utilizadas ancestralmente por las comunidades indígenas, para aumentar la infiltración de agua y disminuir la escorrentía directa. De este modo se regula el régimen hídrico (se suavizan los máximos y mínimos de escorrentía) y se amplía la superficie de vegas/bofedales. El aporte de agua de esta SbN es de aproximadamente 800 millones de litros por año, con lo que son abastecidas 13 comunidades altiplánicas. El costo de implementación es de aproximadamente US$170 mil dólares por año de proyecto (para lograr una recuperación de 85 hectáreas de vegas/bofedales).

-Almacenamiento en pozas de recarga lateral en río ICA Perú

Se trata de un dispositivo de recarga artificial de acuíferos ubicado en ICA, Perú. En esta zona, la junta de usuarios de aguas subterráneas del Valle de Ica o JUASVI detiene las aguas que bajan de los Andes a gran velocidad por el río Ica, las desvían a pozas o balsas de infiltración situadas en la ribera del río, donde son decantadas. Desde ahí, las aguas son conducidas a pozas de infiltración. Son más de 800 pozas para la recarga artificial del acuífero, con un sistema financiado por la Autoridad Nacional del Agua en conjunto con organizaciones de usuarios. Se calcula un trasvase de hasta 120 millones de metros cúbicos. Estas aguas empleadas para la actividad agroindustrial, y simultáneamente reducen el efecto de la sobreexplotación de las aguas subterráneas que afecta al acuífero de Ica.

Infraestructura verde en la ciudad de Nueva York

El centro de convenciones Jacob Javits Center posee el segundo techo verde más grande de Estados Unidos en un solo edificio independiente. Se trata de 2,7 hectáreas de techo verde, con este sistema retiene más de 25 millones de litros de agua lluvia anualmente; ayuda a regular la temperatura del edificio, contribuye a mejorar la calidad del agua del cercano río Hudson y se ha convertido en hogar de más de 20 especies de aves y miles de abejas. La zona está abierta al público.

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